9/3/24

¿CASTIGO O PERFECCIONAMIENTO?


El profeta Jeremías fue llamado por Dios, alrededor del 626/627 a.C. Durante su ministerio trató de persuadir al pueblo de Judá para que se arrepintiera de sus pecados y se volviera definitiva y sinceramente a Dios. Había tres potencias en su época: Asiria, Egipto y Babilonia y cada una quería la supremacía sobre las demás, pero ninguna de ellas tenía a Dios como eje de sus prácticas y creencias, sino todo lo contrario. La única alternativa era buscar a Dios en Judá. Predicó durante cuarenta años un mensaje de reavivamiento y reforma espiritual durante los reinados de Josías, Joacaz, Joacim, Joaquín y Sedequías y, sin embargo, el pueblo siguió siendo infiel. Dios fue abandonado como fuente de agua viva (Jeremías 2:13-19). Se los acusa de lujuria por los dioses extranjeros falsos (2:23, 25). Estaban tan perdidos que negaban sus pecados (2:33-35) e ignoraron las advertencias divinas (3:6-11). Estos les trajo consecuencias desastrosas (4:23-29): se sucedieron invasiones, derrotas, peligros de todo tipo, líderes negativos, crueles engaños y falsa religiosidad. Pero el pueblo siguió siendo testarudo y despreció el mensaje de Dios (7:21-26). Así que el profeta anunció: “… así dice el Señor de los Ejércitos: «Voy a refinarlos, a ponerlos a prueba. ¿Qué más puedo hacer con mi pueblo?... ¿Y no los he de castigar por esto? ¿Acaso no he de vengarme de semejante nación?»” (9:7, 9).

Dios distingue perfectamente entre el metal refinado y su falsificación, entre la verdadera adoración y la falsa, entre la pureza que espera de los suyos y la adoración artificial. Así como ningún orfebre o platero, perdería su tiempo con un metal impuro, Dios tampoco lo haría con alguien que rechaza consciente y voluntariamente todos sus llamados. Él usa el refinamiento y la prueba para mejorarnos, no para destruinos. Nos ve como joyas que necesitan su acabado y terminado final. Seguimos siendo valiosos. “El Señor está tan resuelto a salvar a su pueblo, que utilizará los medios más duros posibles antes que perder a cualquiera de aquellos a quienes ama” (Spurgeon). El refinamiento eliminará defectos y quitará pecados dándonos un carácter santo a partir de la presencia de su Espíritu en nosotros y cuando depositamos fe en su obra redentora. Como lo que Dios refina es valioso, algunas veces, acude al castigo. No se trata de un castigo humano antojadizo, sino uno divino, prudente y necesario; en realidad, es una disciplina amorosa y nuestra alternativa de perfección para el cielo. Este método no solo aparece en boca de Jeremías y en su tiempo. También lo dice Isaías 1:25: “Volveré mi mano contra ti, limpiaré tus escorias con lejía y quitaré todas tus impurezas”; Zacarías 13:9: “… los fundiré como se funde la plata, y los probaré como se prueba el oro” y 1 Pedro 4:12: “Queridos hermanos, no se extrañen del fuego de la prueba que están soportando, como si fuera algo insólito”. Nadie desea pasar por ningún proceso de purificación, pero el propósito de Dios era edificar y disciplinar; no destruir; si purificar. Igual puede suceder con nosotros en ocasiones especiales. Nuestra ventaja es estar del otro lado de la historia y haber visto el amor de Dios, a través de Cristo. Solo necesitamos corresponderle. Él nos sostendrá en las pruebas y nos acompañará en nuestro camino y purificación. El castigo se transformará en perfeccionamiento.

                                                                                                             Angel Magnífico


NUESTRO LIBRO A SU ALCANCE



¿Por qué sufrimos? Respuestas para un mal cotidiano”

Acerca del autor

ANGEL MAGNÍFICO

Es Profesor de enseñanza secundaria y especial en Historia y Licenciado en Ciencias Sociales. Actualmente complementa sus veinte años de experiencia docente con la tarea de dirección académica de una importante escuela.

Realizó la conducción y producción de programas radiales, donde se analizaban temas cotidianos desde una perspectiva histórica. Fue productor de libretos multimedia para el aula digital de una reconocida empresa. Dictó diferentes cursos y conferencias referidas a temas de educación, historia y bíblicos. Participó en la publicación de varios artículos y cuentos en revistas, sitios web y libros en colaboración con otros autores.

Ha dado numerosas charlas y conferencias referidas a temas de su especialidad y los relacionados con el sufrimiento humano, analizándolos desde diferentes perspectivas centradas en La Biblia.

Fruto de esas experiencias resulta el ensayo “¿Por qué sufrimos? Respuestas para un mal cotidiano”.


por_que_sufrimos@yahoo.com.ar

@porquesufrimos

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