16/3/24

¿UN DIOS BUENOS PUEDE LLAMAR A MALOS Y SEGUIR SIENDO JUSTO?


 

Dios tiene atributos: santidad, bondad, justicia, libertad, amor, misericordia y muchos otros que resaltan su excelencia. Es que Dios es bueno y tanto lo es, que no hay nadie igual. El mismo Jesús enseñó: “… Ninguno hay bueno, sino sólo Dios” (Lucas 18:19). Es la verdad más terrorífica de la Biblia porque implica que nosotros no lo somos; no somos capaces de imitar su carácter. En realidad, somos y hacemos lo contrario, “todos han pecado y están privados de la gloria de Dios” (Romanos 3:23). Toda la creación demanda nuestra condena; si no la hubiera, se subvertiría toda su armonía y se exaltaría la injusticia. Además, Dios desea que seamos perfectos. Si es justo y perdona al malo sin condenación, ya no sería justo. ¿Cómo un Dios bueno puede llamar a hombres malos y seguir siendo justo? Números 14:18 (NVI) aclara: “El Señor es lento para la ira y grande en amor, perdona la maldad y la rebeldía, pero no tendrá por inocente al culpable, sino que castiga la maldad de los padres en sus hijos hasta la tercera y cuarta generación”. Como al mismo tiempo de ser justo, nos ama, se da cuenta que no podremos ir a Él por mérito propio. Es decir, somos pecadores por nacimiento (desde Adán y Eva, todos SOMOS pecadores; tenemos un pecado heredado) y por opción (elegimos pecar; habríamos decidido lo mismo que Adán y Eva; o sea, todos tenemos pecados cultivados por elección propia). Nuestra naturaleza nos condena, la de Dios nos salva.

Cristo es el puente de unión entre ambas naturalezas: “No solo no conocemos a Dios, excepto a través de Jesucristo; sino que tampoco nos conocemos a nosotros mismos, excepto a través de Jesucristo” (Blaise Pascal). Solo Cristo resuelve la falsa creencia de un Dios enojado y la falsa creencia de un ser humano perfectible por mérito propio. La cruz muestra la solución a este problema: un Dios justo, condena al pecado y salva al pecador. Cristo cumplió la condena que merecíamos cumplir nosotros. Pagó el precio en su totalidad. Dios es justo, y debe condenar al pecado. Y al mismo tiempo, Dios es amor y debe salvar al pecador. Su plan es que tomemos esa solución. Recorrer ese puente que nos lleva a la salvación es nuestro dilema diario. Podremos caer nuevamente, pero nos levantaremos e iremos progresando porque ya no practicaremos el pecado, sino que mejoraremos en la búsqueda hacia la santidad. Además, tenemos un consuelo claro para cuanto fallamos: “… el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo” (Filipenses 1:6). Y también con la explicación para muchas situaciones que no entendemos: “Hijo mío, no tomes a la ligera la disciplina del Señor ni te desanimes cuando te reprenda, porque el Señor disciplina a los que ama y azota a todo el que recibe como hijo” (Hebreos 12:5, 6). Cuando nos convertimos en cristianos empezamos un proceso de educación especial que puede necesitar alguna disciplina para pulir mejor nuestro carácter. No obstante, los malos recibirán el castigo merecido porque rechazaron a Dios. Sus hechos no quedarán impunes porque Dios es justo, además de bueno. Todos tendrán las oportunidades necesarias para arrepentirse y entregarse a Dios. Así como la tuvimos quienes los conocemos, la tendrán todos los seres humanos porque Dios nunca se impone por la fuerza, lo aceptamos con total libertad y amor.

                                                                                                   Angel Magnífico

NUESTRO LIBRO A SU ALCANCE



¿Por qué sufrimos? Respuestas para un mal cotidiano”

Acerca del autor

ANGEL MAGNÍFICO

Es Profesor de enseñanza secundaria y especial en Historia y Licenciado en Ciencias Sociales. Actualmente complementa sus veinte años de experiencia docente con la tarea de dirección académica de una importante escuela.

Realizó la conducción y producción de programas radiales, donde se analizaban temas cotidianos desde una perspectiva histórica. Fue productor de libretos multimedia para el aula digital de una reconocida empresa. Dictó diferentes cursos y conferencias referidas a temas de educación, historia y bíblicos. Participó en la publicación de varios artículos y cuentos en revistas, sitios web y libros en colaboración con otros autores.

Ha dado numerosas charlas y conferencias referidas a temas de su especialidad y los relacionados con el sufrimiento humano, analizándolos desde diferentes perspectivas centradas en La Biblia.

Fruto de esas experiencias resulta el ensayo “¿Por qué sufrimos? Respuestas para un mal cotidiano”.


por_que_sufrimos@yahoo.com.ar

@porquesufrimos

http://por-que-sufrimos.blogspot.com.ar