23/3/24

¿POR QUÉ TUVE QUE NACER SI VIVO SÓLO PARA SUFRIR?

 

El profeta Jeremías sufrió mucho por la maldad de sus connacionales en sus días. Dios lo usaba una y otra vez para advertirles que tendrían que hacerse cargo de sus pecados, pero ellos no salían de sus prácticas idolátricas. La autocompasión de Jeremías se expresa en una triste pregunta que todos nos hacemos alguna vez: “¿Por qué tuve que salir del vientre solo para ver problemas y aflicción, y para terminar mis días en vergüenza?” (Jeremías 20:18 NVI). Cuando sufrimos mucho y miramos solo nuestra carga, podemos hacer la misma pregunta que la versión TLA traduce: “¿Por qué tuve que nacer, si vivo sólo para sufrir? Si voy a morir humillado, mejor hubiera nacido muerto”. Generalmente se produce por cansancio y desconsuelo, también por creer que quedamos solos frente al mal o por no sentir la presencia de Dios ni comprender sus planes respecto a nosotros.

Sin embargo, el profeta recibe una sorpresa. Después de medio siglo de deterioro moral y espiritual durante los reinados de Manasés y Amón, asume el trono Josías (640-609 a.C). Con solo ocho años, se atrevió a suprimir los lugares de adoración de los ídolos (2 Crónicas 34:3) quitando todas sus imágenes. Cuando llega a los veinte años, en una reforma del templo, se redescubre la ley de Dios y al leerla, decide emprender otra serie de cambios religiosos y espirituales muy profundos (2 Reyes 23:4-14, 24, 2 Crónicas 34:33). Incluso, se volvió a celebrar la Pascua (2 Crónicas 35:1-19; 2 Reyes 23:21-23). Al mismo tiempo, el imperio Asirio declina y esta situación favorecerá al pueblo de Dios que sufrirá menos presiones políticas y económicas. Indudablemente Dios usó al profeta Jeremías, a pesar de sus momentos malos y de sus quejas por la situación que le tocó vivir. Dios le había prometido: “… Si te arrepientes, yo te restauraré y podrás servirme. Si evitas hablar en vano, y hablas lo que en verdad vale, tú serás mi portavoz. Que ellos se vuelvan hacia ti, pero tú no te vuelvas hacia ellos” (Jeremías 15:19 NVI). Y Dios cumplió a su debido tiempo. Ocasionalmente, el mal puede parecer invadirlo todo, incluso a nosotros mismos. Los creyentes podemos estar rodeados de maldad, pero siempre podemos acudir a Dios para buscar fuerzas nuevas y una resistencia que antes no imaginábamos. Le pasó a Jeremías, a Job, a David, a Cristo mismo y por eso, oró a Dios en el Getsemaní. Pero todos siguieron adelante porque sabían que Dios los podía restaurar, que nunca su conducta y sus dichos serían en vano: muchas veces sembramos y no podemos ver el resultado de esa siembra (tal vez, le toque a otro levantar la cosecha), pero lo importante es perseverar en el camino que Dios nos colocó. Estamos para alumbrar a otros, para que quienes no conocen a Dios lo hagan por nuestras palabras y ejemplos, y no para que nosotros sigamos sus prácticas, si son malas. Por momentos, parecerá imposible la resistencia, pero si tenemos un reavivamiento diario con Dios, tendremos las reformas esperadas. Dios no nos trajo aquí en vano, sino para mostrar su gloria y poder.

                                                                                   

                                                                                                                      Angel Magnífico

NUESTRO LIBRO A SU ALCANCE



¿Por qué sufrimos? Respuestas para un mal cotidiano”

Acerca del autor

ANGEL MAGNÍFICO

Es Profesor de enseñanza secundaria y especial en Historia y Licenciado en Ciencias Sociales. Actualmente complementa sus veinte años de experiencia docente con la tarea de dirección académica de una importante escuela.

Realizó la conducción y producción de programas radiales, donde se analizaban temas cotidianos desde una perspectiva histórica. Fue productor de libretos multimedia para el aula digital de una reconocida empresa. Dictó diferentes cursos y conferencias referidas a temas de educación, historia y bíblicos. Participó en la publicación de varios artículos y cuentos en revistas, sitios web y libros en colaboración con otros autores.

Ha dado numerosas charlas y conferencias referidas a temas de su especialidad y los relacionados con el sufrimiento humano, analizándolos desde diferentes perspectivas centradas en La Biblia.

Fruto de esas experiencias resulta el ensayo “¿Por qué sufrimos? Respuestas para un mal cotidiano”.


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@porquesufrimos

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