El sabio Salomón dijo que “todo tiene su momento oportuno; hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo” (Eclesiastés 3:1): de nacer y morir, de plantar y cosechar, y de muchas otras alternativas de vida. Sin embargo, las preocupaciones cotidianas, nos llevan a actuar como si Dios se olvidara de nosotros y nuestras necesidades. Esto genera sufrimientos de diversa índole. Dios es nuestro creador y sustentador, por lo tanto, no estamos a la deriva; es un Padre celestial, mejor que nuestros padres terrenales y perfecto en todos sus planes y acciones; nos ama sin dobles intenciones y sanamente. Nos enseña: “Yo, el Señor, soy su guardián; todo el tiempo riego mi viña. Día y noche cuido de ella para que nadie le haga daño” (Isaías 27:3). La historia de cada creyente lo confirma. Él está siempre está presente, aunque no lo sintamos ni entendamos en su proceder. Sabía que el hombre podía pecar y preparó a Cristo para sustituirlo y darle una nueva op...
"¿Por qué sufrimos?" quisiera ayudarte a encontrar un buen “por qué” que te ayude a soportar cualquier “cómo” respecto al sufrimiento.