Pablo realizó su 3° viaje misionero por Asia Menor entre los años 53 y 58 d.C. Recorrió más de 27 ciudades predicando. El viaje estuvo plagado de esfuerzos físicos agotadores y milagros relevantes, pero también de problemas y presentimientos de futuras penurias. El 4° y último viaje como misionero, lo hizo como prisionero y fue a Roma, luego de las injustas acusaciones que recibe en Jerusalén. Estando en Mileto, llamó a los ancianos de Éfeso y en su discurso de despedida, luego de compartir 3 años con ellos, les dijo: “He servido al Señor con toda humildad y con lágrimas, a pesar de haber sido sometido a duras pruebas por las maquinaciones de los judíos. Ustedes saben que no he vacilado en predicarles todo lo que les fuera de provecho, sino que les he enseñado públicamente y en las casas” (Hechos 20:19, 20 NVI). ¿Cómo se pudo seguir sirviendo a Dios, teniendo tantas dificultades en el camino y en el destino final de su vida? Pablo era un hombre con estudios y sus predicacio...
"¿Por qué sufrimos?" quisiera ayudarte a encontrar un buen “por qué” que te ayude a soportar cualquier “cómo” respecto al sufrimiento.